Hijo justo de Lehi y Saríah (1 Ne. 1:1–4; 2:5). Nefi tenía gran fe en la palabra de Dios (1 Ne. 3:7) y llegó a ser un gran profeta, historiador y líder de su pueblo.
Fue obediente y oró con fe, 1 Ne. 2:16.
Regresó a Jerusalén para obtener las planchas de bronce, 1 Ne. 3–4.
Regresó a Jerusalén para llevar al desierto a la familia de Ismael, 1 Ne. 7.
Recibió la misma visión que había tenido Lehi, 1 Ne. 10:17–22; 11.
Vio en una visión el futuro de su pueblo y la restauración del Evangelio, 1 Ne. 12–13.
Interpretó la visión del árbol de la vida, 1 Ne. 15:21–36.
Rompió su arco, pero por medio de la fe pudo obtener alimento, 1 Ne. 16:18–32.
Construyó un barco y viajó a la tierra prometida, 1 Ne. 17–18.
Separación de los nefitas y los lamanitas, 2 Ne. 5.
Su testimonio final, 2 Ne. 33.